04 octubre, 2011

PoesíaYTrayecto, un momento hermoso

PoesíaYTrayecto, un momento hermoso.
Desde el surgimiento formal de PoesíaYTrayecto en Enero-Febrero de este año, ha existido la idea de intervenir vidas e identidades mientras ocurre la intervención de un espacio público. Digo surgimiento formal, pues la acción de recitar o leer poesía en el transporte público ya la practicaba yo desde unos dos años antes, como un medio autogestivo económico, aunado a mí interés por informar sobre las lenguas indígenas y la historia prehispánica de México. El primer evento del Colectivo tuvo lugar en el Café Literario, lugar cercano al Museo Anahuacalli, donde se presento un corto documental, el primero que hicímos, que mostraba nuestras acciones en el trasnporte público, las formas propias de interpretar un texto poético y los puntos de vista sobre la poesía, en especifico la escrita. Ahí nos reunimos los miembros iniciales, Sergio Pérez Ortiz “Serch”, José Enrique “Kike” y un servidor, Carlos A. Ramírez “Karloz Atl”, con algunos de los que ahora forman parte del Colectivo o son colaboradores del mismo, Alain Young Whitaker “Galo negro”, Raymundo Manzanares y otros que fueron nuestros invitados, familiares y amigos. Algo que caracterizó esa primer reunión, es que a excepción de Serch, todos los demás recitábamos poesía en el transporte público para nuestro sustento económico, enfocado a la casa, la escuela o placeres, por ejemplo, de libros, viajes, cervezas, etc.

Iniciamos el evento con un ensamble de poesía en nahuatl y español acompañado hermosamente por la guitarra de Serch, castañas, caracoles y silbatos manejados por Kike. Luego proyectamos el material logrado, y le celebramos recitando uno a uno nuestros poemas favoritos, propios o ajenos. Ahí fue donde conocimos las habilidades escénicas, guturales, de improvisación e interpretación de los demás. Alguien propuso hacer un cadáver exquisito, y alguien más le añadió que fuera por temas, a manera de una plática o meditación en voz alta con poesía. Se habló de ese modo de la muerte, de la amistad, de las relaciones furtivas, hasta de “El Capital” de Marx. De repente Galo se paraba y comenzaba a moverse por el espacio como acariciándolo mientras opinaba, Ray bebía su café nervioso y formulaba un alegato casi siempre contrario a la última frase, yo esperaba a que Paul me provocara jalándome la corbata o sacudiendo el saco para ofender deliciosamente su rostro, Kike permanecía callado y Serch como hasta ahora, demostraba su cinismo y humor agrio, su gran burla de él mismo proyectada en las palabras de los demás.

Al terminar el evento, no pasamos una copa o sombrero como yo había propuesto, pues otro objetivo de esa reunión era probarnos en otros espacios y observar cuánto dinero obteníamos en comparación con los camiones. La idea de Galo fue magnífica, ir juntos como nuevos amigos a recitar al metro, juntos improvisar, juntos hacer montajes escénicos efímeros, juntos recién paridos en amistad. Kike, Galo, Paul y yo nos largamos. Retumba y suena en mi mente nuestra primera acción: Galo entra gritando a un vagón y observando con rareza a los pasajeros, alguien más, tal vez él o yo, comenta en voz alta que no tienen alas, a partir de ahí se teje una historia entre los cuatro recitadores, buscando la respuesta al porque no tenían alas los pasajeros, volviéndoles cómplices, volcando sus sentidos y carcajadas. Un acción nacida en el momento, provocada por nosotros, por los pasajeros y el contexto, un obra del mundo, descalza y pura. Esa noche convivimos cobijados de una sensación tremenda de libertad, inexplicable; existía en cada uno, una enorme seguridad de que el otro le protegía y le quería, que era su semejante, que sus entrañas y gónadas se agitaban pronunciando un poema o respondiendo aparatosamente con su cuerpo las palabras que se vomitaban y ardían entre los vagones. Esa sensación sólo la he sentido nuevamente interviniendo con performances poéticos al lado de Alicia Revólver o improvisando con el Galo, explotando en los Slams convocados por el Rojo y naciéndome nuevamente en cada acción de la constelación poética, de la Poesía a domicilio del Caracol, durante la grabación del nuevo documental. Un sensación tan delirante y cargada de razón hermosa, que anhela mi corazón mente desembocar en mis nuevos cómplices y amigos, en los y las que ahora formamos el Colectivo. No sólo escritores, sino artistas visuales, escénicos, performers, activistas, cineastas, compañeros de relaciones furtivas.


Este sinsentido más claro que mis ojos rojos e hinchados. Estalla semanas antes, queriendo escapar de un duelo amoroso, del deseo sincero de lograr algo mediante la palabra, de creerme, de creerme, de querer creer en lo sagrado, en lo humano y aceptarle, aceptarme.

Días antes de la presentación, se nos había invitado a los tendederos poéticos en Tlalnepantla. Nunca habíamos asistido a un evento de poesía que no fueran nuestras propias incursiones en el transporte, no sabíamos lo que ocurría en la Cd. de México en torno al movimiento, mucho menos en el país o en América. Teníamos algunos referentes por conversaciones, lecturas o reportajes, pero nada más. Ese evento permitió que conociéramos el “Manifiesto poético imaginario” de Tegus Cartonera, y del que personalmente trague para desarrollar más proyectos. Para nuestros ojos fue hermoso ver que existían eventos de poesía, donde se regalaban poemas y libros, donde se daba la posibilidad de que cualquiera leyera sus textos con micrófono abierto, y que además fuera transmitido por radio.  Fue la oportunidad que me dio el cosmos o lo sagrado o mi delirio mismo, de compartir un texto propio y otros en nahuatl sin la finalidad de obtener dinero; de recitar ante un micrófono con las pausas, cadencias y musicalidad exactas de un poema erótico; y de lanzar al mundo la frase de un anciano nahua de Milpa Alta, Teuctli Morales Baranda, que ahora uso casi siempre como epígrafe: “Tlaneci itlahtlachaliz Tonantzin Tlalli; tetlazohtlaliztli, itlahtlachaliz in tlacatl / Amanecer es el despertar de la Madre Tierra: amor, es el despertar del hombre”.

Luego de esa primera invitación, surgió otra a un recital en el Café La Tregua, ubicado por Metro Popotla, y que era organizado por José Méndez y Sircarnero, se llamó “Ratones cósmicos”. Recuerdo que a dúo recitaban poemas y cantaban sus propias canciones, acompañándoles de chistes y anécdotas aburridas. Ahí detonó en nuestros corazones mentes la idea de crear algo por nosotros fuera del espacio acostumbrado.  Nació la propuesta de crear un corto documental, que retratara nuestras acciones, forma de interpretar un poema y puntos de vista sobre la poesía, en específico la escrita.  Así que comenzamos a llevar cámaras de video escondidas entre nuestras bolsas cada que salíamos a recitar y también a incluir performances dentro de nuestras incursiones, por ejemplo, cuando en vez de recitar un poema, recitábamos con extravagancia de seriedad, fragmentos de canciones popularizadas, para después comentar que ello, era un ejemplo de que la poesía estaba en el mundo, en ellos, que no les era ajena: “Y todo para qué, para que tanto amor, para qué ilusionaste, para qué enamoraste mi corazón….; en esa tumba falsa, quedaron enterrados, toditos los recuerdos, de tu maldito amor…;  era una aventura lo que tu buscabas, como fui tan ciego pa´ no entender…; etcétera”.

Durante la creación de este primer documental, de una duración aproximada a 10 min., cada uno fue mostrando, aunque es mejor decir formando, su postura respecto a la poesía en la calle; sobre la poesía como puente de diálogo intercultural; sobre la forma en que obteníamos dinero para nuestros placeres y apremios mediante nuestra acción, no de poetas sino de recitadores. Esto último principalmente, trajo como consecuencia que luego de iniciar el nuevo ciclo escolar en la Universidad, cada uno de los iniciadores del Colectivo tomará caminos distintos. Yo continúe desarrollando proyectos colgándome del sustantivo colectivo, cuando sólo era yo. En ocasiones me sentía tan falso y tan sólo llevando una idea que mis primeros cómplices desecharon.

Jeanne Karen, escupió en dentro de mí un poema que arrebato mi camino, simplemente porque en una feria del libro encontré un montón de libros de poesía a diez pesos, uno morado pequeño era suyo. Dice el poema en algunos fragmentos: “Ser poeta sirve/ …para explicarle a nadie la sonrisa inmaterial del viento/…para quedar bien con los amigos/ …para desear salir de viaje sobre las hojas secas del otoño/…para vivir y morir con elegancia aún en la miseria y el hambre”. Ese último fragmento se unió con otro de un poeta Alberto, citado por José Muños Cota en un libraco suyo: “El poeta sabe que la congoja del mundo es más grande que su propia congoja”, y con uno más del poema “México pobre” de Sofía Buchuck Gil:  “Todos salvan la olla en las calles/ vendiendo chicles, tacos y caramelos./ También los que trabajan bajo horario:/ oficinistas, maestros, trabajadores voluntarios, / también los independientes con causas justas, que son los más.”.  

Estos versos llenaron mi corazón mente de un sustento que no se me había proveído nunca, de una seguridad grande grande, que estaba ahí, palpitando en mi espera. Estos versos, fincaron mi razón y la que desarrolle dentro de PoesíayTrayecto, a pesar de la miseria y el hambre, sabiendo que soy un independiente y que mi causa es justa, y que mi dolor es nada, poca cosa, cuando el dolor del mundo es de un color más rojo que mis ojos.

Por eso creo en lo que se dice dijeron los poetas prehispánicos, “la poesía permite la reunión de los amigos”. Por eso un momento hermoso el 1° Festival poesía Re-Apropiada, el Slam de Metro la Raza, la ponencia en Mérida, el taller fracasado de performance poético e intervención de espacios. Por eso un momento hermoso el Caracol, los 100 mil poetas x el cambio, el 24 de septiembre con el Nuevo Docu fluyendo, fluyendo, fluyendo, fluyendo, fluyendo, Judith Satán en Guadalajara, Hojas en la Hierba en Veracruz, los Farías en Tlaxcala y Puebla, Tito y Viviana en Tlalnepantla, Paco y Mar en la Escuelita Emiliano Zapata, Leti en el consulado estadounidense de Juárez, Mimí, Bardo, Manuel, Alepandro en Cuerna con La Piedra y Moria, Gato en Torreón, en Tijuana uno mismo con los caracoles, los salvajes, los intransis, los kikines, 2.0.1.2, kodama, honda nómada.  Por eso un momento hermoso, 3 de octubre el Metro Pino Suárez. Tlazohcamati Sara, Kretina, Galo, Titos, Edmeé, Boss. Por eso un momento hermoso este, instantáneamente, a veces, aunque sólo así sea. Atl.