23 junio, 2014

NIÑ@S POETAS DE LA MERCED DENTRO DEL FESTIVAL SUBTERRÁNEO DE POESÍA: LOS LENGUAJES ALIENÍGENAS

EL CIELO INTRATERRÁNEO

NIÑ@S POETAS DE LA MERCED DENTRO DEL FESTIVAL SUBTERRÁNEO DE POESÍA: LOS LENGUAJES ALIENÍGENAS



Presentación del libro y taller "Lleve sus poemas x kilo y calientitos" impartido por Colectivo Poesía y Trayecto a niños y niñas del barrio y mercado de la Merced.

LECTURA DE POETAS INVITADOS &
MICRÓFONO ABIERTO

JUEVES 26 2014

4PM


ENTRADA LIBRE/ SALIDA EN LLAMAS

Info: poesiaytrayecto@gmail.com/ 55 29624992



Aquí un video del proyecto:



06 junio, 2014

TANATOGRAFÍA DE LAS GACELAS EN MI QUEJIDO





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Vengo trotando bajo el amparo de un amoxtli, sobre la sabiduría de la ponzoña. Describo mi vida con la mirada posada sobre el agua del Usumacinta. Cada 365 madrugadas agradezco con una oración. Por el permiso que tiene mi cuerpo para conocer la desventura antes del regreso. Para padecer el paro cardíaco de la existencia.





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Ballena Neanderthal. Eres como el inicio de una biografía del ADN. A la cual se regresa en estado de coma. Bailando. Escurriendo sudor por las ojeras. Al hincarse para rezar los ángeles desean tu rostro tatuado en la ingle. Nos parecemos tanto en ese sentido. Ambos podríamos llorar hasta darle 50m de altura a los ahuehuetes. Te extraño goma de mascar. Ahora quisiera que mi niñez atara sus plumones a mis costillas imitando a Jehová. Para que de ellas naciera su mejor amigo.




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Con el rifle dirigiéndose al centro de las montañas, recién salí a caminar. Preparado con el equipaje que sobró a mis padres al separarse. Del lado derecho por la carretera, del lado en que las venas se untan al corazón, del lado en que los valientes reciben la noche.




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Te decía con un pájaro aleteando en mis dientes, te decía antes y después de que oscureciera la mañana: los monstruos no existen, no existen de veras, porque de existir irían bajo los ríos abrazados a algún elefante o a una tristeza de mantarraya, gruñendo por el juguete que extraviaron.





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Los tigres devoran. Su túnica sirve para adornar las pisadas de un soberano. El colmillo que se te encaja, no es un recuerdo de amistad entre tu bondad y su gruñido. Es el camino por el que inicia una úlcera en tus venas. Requerirás un trasplante para aligerar el brete. Pero no habrá quien done vísceras sin tener heridas. Todos los tonalli se van quebrando, dejando que los alfileres del resentimiento acupunturen con salva los pliegues. Puedes comenzar a practicar la oración, tal vez sea lo mejor para agradarle a la muerte. Ora para que tu cuerpo no se resista al mirarla. Practica el ayuno y lacérate. Marca las prevaricaciones de quien te ama en tu cuerpo. Estampa en ti la ternura de quien te odia. Habla con el patriarca de los tigres, ofrécele tu falda para que nadie sino sólo él hurgue en tu lamento.


  


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Vestí mi rostro del mismo paño que vuestra menstruación para coronarme con los diamantes del cielo. Atados forman la silueta de los manatíes. Atados dirigen un presente sacado de mis entrañas. Vestí mis pies con el mismo vendaje de Lemos antes de la gangrena, sencillo, cubriendo el mástil donde pendulan las águilas. Vestí mi glúteos como el glaucoma viste los ojos, con el mismo amor que su blancura pone en la diabetes. Te celebro. Tomo una esquina para mostrarme. Te celebro. Me descuelgo de los maderos. Te celebro. Doblo una rodilla para ceñir los muslos. Te celebro. Como una concha que se abre para entregar su perla, te doy a beber de estos pulmones, de estos pulmones, de estos pulmones.






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Pero quién encontró el átomo, quién aprendió a nadarte sin mencionar el légamo en vuestros epígrafes, un pensamiento de miles de generaciones silenciosas, flores de naftalina brillando, haciendo una cronología de las bacterias a través del claror del anochecer.




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Yo comí del madrigal del miedo y me salió este menosprecio de regalo, me dije es comestible o es para incinerarse, decidí comerlo y que pudieras leerlo desde mis órganos.




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Nos preguntaron por qué lo hicimos, pero no podríamos responder con los labios rotos, así que emprendimos un regreso a la furia materna, al amnios natal que nos unía desde hace siglos, porque regresar era y será algo maravilloso que se llamaba y llamará vida.  




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Antes de nacer decidimos y decidiremos escribir. Pero escribir no fue ni será posible. Somos las mujeres que pintan venados con su sangre en las grutas. Es triste quisiera decirlo pero no es cierto. Es tan alegre como la herida hippie que nos persigue. Coloreamos antílopes para no parir asesinos.



Sobre “Tanatografía de las gacelas en mi quejido”*


Esta serie de textos fueron creados, mejor dicho co-creados, bajo diversas técnicas de escritura automática, que también podrían llamarse reescrituras o retratos. Me explico por partes en seguida.

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